
El retroceso sufrido en el último trimestre de 2010 fue achacado a la inesperada crudeza de un invierno que llegó antes de lo esperado. Ese hecho hacía pensar que bastaría un retorno a la normalidad meteorológica para volver al crecimiento. La debilidad del dato invita a muchos analistas a creer que refleja más una recuperación del buen tiempo que una recuperación de la economía.
El Tesoro, sin embargo, optó por poner especial énfasis en el buen comportamiento de las manufacturas, que crecieron un 1,1%, y la recuperación de los servicios y los transportes y comunicaciones.
Alta inflación
A juicio de Azad Zangana, economista jefe para Europa de Schroders, los datos de los dos últimos trimestres reflejan que «la economía está sufriendo un problema de estanflación, con una alta inflación y sin crecimiento en términos reales».
Con las elecciones locales y regionales a una semana vista, el primer ministro, el conservador David Cameron, se congratuló en los Comunes del retorno al crecimiento y lo calificó de «un éxito», a pesar de que los analistas, aunque esperaban el dato finalmente anunciado, habían advertido de que cualquier crecimiento inferior al 1% sería decepcionante.
Cameron acusó a la oposición de desear que la economía se contrajera para sacar provecho en las elecciones de la semana que viene. El líder laborista, Ed Miliband, le acusó a su vez de «terrible complacencia». «No soy yo el que está tumbando la economía: es su retórica de austeridad lo que nos ha llevado a niveles récord de falta de confianza en los consumidores», le espetó el líder de la oposición.