NACIONAL
La energía es indispensable para el desarrollo industrial de un país. Lamentablemente Chile está lejos de llegar al desarrollo. Siendo una semicolonia del imperialismo, principalmente yanqui, Chile no dejará el subdesarrollo mientras no se convierta en una nación independiente de todo yugo imperialista.
Siendo Chile un obediente sirviente de los intereses imperialista, sus políticas energéticas están al servicio del saqueo de EEUU, Italia, Francia, Inglaterra, Alemania y del enriquecimiento de los monopolios nacionales como la familia Matte. Estos últimos poseen el 49% de Hidroaysén mediante Colbún, pero también monopolizan otras áreas como la Forestal Mininco, la CMPC (conocida como “Papelera” y que fabrica productos Elite, Confort, Nova, Lady Soft, Baby Sec, Noble), son dueños de Puerto Lirquén, y en el rubro financiero son dueños de Banco Bice.
Por ello, todo el debate generado en torno al anuncio de la familia Monopólica Matte a finales del mes de mayo de detener el proyecto Hidroaysén (cuya propiedad comparten con la imperialista Endesa) debe analizarse como una medida política.
Ello, porque si hablamos de política, debemos referirnos a la aguda lucha de clases que se desenvuelve en nuestro país. Los Matte, al igual que el resto de la Gran Burguesía, los terratenientes y los monopolios imperialistas ven con preocupación el alza de la protesta popular contra los monopolios y cómo esta protesta ha desbordado la estrecha legalidad burguesa. Las protestas contra los monopolios energéticos en Punta Arenas, las protestas contra la central Barrancones de propiedad del imperialismo francés y belga y las protestas en Freirina contra el monopolio Agrosuper, muestra la combatividad que presentan las masas, sobretodo la juventud popular, que han jugado un papel importante en estas protestas.
La gran burguesía y el imperialismo ven con preocupación que no se entreguen garantías políticas a su saqueo. La primera voz de la orquesta la sacó el monopolio Matte a finales de mayo argumentando “falta de garantías a la inversión”, lo que debe interpretarse como falta de garantías al saqueo imperialista y al enriquecimiento de la gran burguesía. También manifestaron su preocupación, la familia Angellini, los mayores terratenientes forestales de América Latina y también el monopolio Luksic.
La preocupación frente a la protesta popular también se instaló en las filas de la Asociación Gremial de Generadoras, (AGG) que agrupa a las principales empresas imperialistas y a la cual también fue invitada la familia Matte. Entre las generadoras se encuentra Endesa (imperialismo italiano), SN Power (capitales noruegos pero que ocultan sometimiento al imperialismo norteamericano), AES Gener (imperialismo norteamericano), Pacific Hydro (de capitales Australianos, pero que detrás de ellos se encuentra el saqueo de EEUU y Francia) y la GDF Suez, dueña de Barrancones cuyos capitales pertenecen al imperialismo francés y belga.
La AGG sostuvo una reunión a comienzos del mes de junio con el gerenciamiento Piñera-FMI y éste se arrodilló frente a sus amos para asegurarles garantías a su saqueo. Entre las medidas anunciadas por el gerenciamiento se encuentra el adelantar el proyecto de carretera eléctrica, que originalmente se presentaría en diciembre, para el mes de agosto. Con esta carretera eléctrica, el viejo estado busca dotar de infraestructura al saqueo imperialista y disminuir los costos de generación eléctrica aumentando las ganancias de los monopolios.
Todo esto demuestra al servicio de quién se encuentra el viejo estado. Pues cuando los monopolios golpean la mesa, éste corre a legislar, mientras a las pymes y al campesinado les dan migajas. Nos tratan de engañar con la ilusión de que todos decidimos mediante las elecciones, cuando son cuatro familias las que deciden el futuro del país.