El viejo Estado y las leyes a su medida:
Despidos de docentes en Lo Espejo por enfermarse y organizarse
Luego de las presiones del profesorado y las comunidades educativas, hubo un acuerdo de reincorporación que no fue respetado. Sin embargo, los fundamentos y la ley que la respalda continúa vigente, la que además esconde las desigualdades a la que este Estado burocrático somete a los trabajadores y estudiantes.
Conmoción ha generado la repudiable medida que ha tomado el alcalde Ángel Bruna con los docentes de las escuelas municipales de Lo Espejo, despedidos por motivos de salud, lo que es permitido por el estatuto administrativo y docente a través de la ley 18.883, la cual faculta a los ediles a desvincular a los empleados que superen los 6 meses de licencias por un período de 2 años, argumentando que “su salud no es compatible con el cargo”.
Castigados por organizarse y luchar
El ya injusto procedimiento se hace más indignante, dado que los alcaldes utilizan el criterio “salud incompatible con el cargo” cuando desean castigar. Así le ocurrió al docente Álvaro Alvear, quien después de 29 años de docencia, ser el representante gremial del establecimiento y padeciendo cáncer, fue amonestado hasta el punto de ser despedido y desalojado con carabineros del Liceo Cardenal José María Caro de lo Espejo, donde ejerce como profesor de historia.
En sí mismo, la ley sirve de excusa para atacar la organización política que desarrollan los trabajadores. Si bien la ley permite el despido por motivos de salud, los alcaldes como empleadores en colegio municipales- deben acusar a los empleados en esta condición a la Contraloría, siendo esta la que determina su despido. Este es el caso de más de 30 docentes sumariados por este motivo y también muchos otros funcionarios, tales como los asistentes de la educación.
Los estudiantes populares de las escuelas municipales son los más perjudicados con la medida
Los alumnos indignados dicen que las medidas contra los profesores son una burla, ya que actualmente ni siquiera hay profesores suficientes para cubrir los cursos en la escuela. Por ejemplo, desde el año pasado están sin profesor de química, teniendo muchas horas sin clases. Anta esa situación, la municipalidad no ha enviado más docentes que cubran las licencias médicas y en vez de contratar más profesores, despiden una gran cantidad de ellos.
Profesores que han enseñado toda una vida a la juventud popular no tienen derecho a enfermarse y son despedidos legalmente, evidenciando al servicio de quienes están las leyes. Por ende, no solo es un tema de injusticia con el derecho de todo trabajador a enfermarse y seguir manteniendo su puesto de trabajo, sino también es una herramienta usada por las municipalidades para castigar la organización política y una manera de incrementar las diferencias entre la educación pública y la privada.
El alcalde Miguel Ángel Bruna (PPD) se negó a recibir a los docentes en conflicto por más de dos años, al punto que uno de ellos, Jorge Saldaña, se suicidó a causa del hostigamiento constante del cual era objeto, con enfermedades costosas a cuestas y siendo constantemente amedrentado de perder su fuente laboral. Solo después que las masas de profesores y las comunidades enteras empezaron a manifestarse y hacer pública esta situación, el alcalde accedió a reunirse con los representantes del Colegio de Profesores para intentar remediar el caso, el cual hasta el momento no ha logrado reintegrar a quienes patentan enfermedades. Es decir, aún hay 30 profesores que siguen esperando su reintegración.
Las condiciones laborales precarias de los profesores en las comunas pobres no solo les afecta a ellos, sino a toda la comunidad, pues si las condiciones generales de la educación son precarias, el trabajo del docente también lo será. Que la municipalidad no contrate a personal de reemplazo perjudica la calidad de aprendizajes de los estudiantes de las escuelas municipales, realidad diametralmente opuesta al sector privado. Un ejemplo de esto, es que los docentes del sector municipal se hayan visto obligados a perder hasta 5 días de clases porque las escuelas fueron sede del censo y, además, se les obligó a hacer clases explicativas sobre lo que es el censo, en vez de dedicarse a su especialidad, además de un día extra de trabajo donde se hizo una capacitación a los funcionarios públicos.
Las leyes absurdas de este Estado castigan el derecho a enfermarse, el derecho a organizarse y con esto sanciona a los miles de jóvenes populares que estudian en las escuelas municipales. Por eso, el rumbo es mantener la denuncia, el repudio a las leyes creadas por el viejo Estado y brindar apoyo, lucha y organización en bloque como clase a las masas de trabajadores y estudiantes perjudicadas con estas y otras medidas. La historia ha demostrado que nada detiene a las masas que enarbolan la lucha y combaten sin miedo, por el derecho justo a la educación, trabajo y salud.