La agrupación Deuda Educativa en una de sus primeras acciones de protesta, 2014.

Conversamos con Juan Pablo Rojas, fundador de Deuda Educativa, organización que agrupa a deudores de créditos de educación superior que demandan la condonación y eliminación de las deudas por educación. Junto con invitar a ser parte de su actual campaña para reunir testimonios del nefasto efecto de las deudas que afectan a alrededor de 2 millones de personas, nos comenta sobre la necesidad de concebir que esta lucha es también contra la mercantilización de la educación.

La deuda universitaria es otro resultado de las políticas imperialistas para las naciones oprimidas, impulsadas desde el Consenso de Washington a fines de la década de 1980. Estas políticas de “ajuste estructural” incluían el redireccionamiento del gasto público en subsidios, la privatización de empresas estatales y la desregulación, especialmente de la actividad financiera.

En el terreno de la educación superior, dichas políticas expoliadoras fueron impulsadas a través de los organismos imperialistas como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano del Desarrollo, mediante sus “recomendaciones” y préstamos condicionados. En su “Documento de estrategia” de 1999, el Banco Mundial era explícito en indicar los ajustes requeridos en educación superior, que incluían “fortalecer el papel del sector privado en el financiamiento y la oferta de estudios superiores”, para lo cual ese mismo año fue otorgado a Chile un préstamo de 165 millones de dólares y montos similares a otros países latinoamericanos (para más antecedentes ver aquí).

Estas «ayudas» financieras para reformar la educación se complementaron con otros sucesivos préstamos durante las décadas siguientes. Ese fue el período y el contexto de la creación del Crédito Corfo y el Crédito con Aval del Estado (CAE). 

Dos millones de deudores

Durante dos décadas estos mecanismos financieros fueron presentados en informes de los sucesivos gobiernos como “la solución” para la ampliación de la matrícula, pero los únicos realmente beneficiados a largo plazo han sido la banca y las universidades privadas. 

“Endeudar con derechos sociales no ha resultado ser una buena política pública y hoy hay miles de personas que están afectadas con estos créditos”, nos comenta Juan Pablo Rojas, fundador de la agrupación Deuda Universitaria. “Hay testimonios tremendamente fuertes. Hay quienes incluso han querido quitarse la vida por no encontrar trabajo con la carrera por la cual han tenido que endeudarse con los bancos, y que tienen todos los días a los bancos encima, atosigándolos y amenazándolos con embargos y demandas.”

Quienes han firmado CAE son poco más de un millón de personas y, en total, la gente que tiene deudas por educación, incluyendo los CAE, Créditos Corfo, Fondo Solidario y el antiguo Crédito Universitario suman un poco más de dos millones de personas.

“La deuda me cagó la vida”

Muchos de los deudores han caído en morosidad debido a la crisis económica, que ha aumentado el desempleo y la reducción de salarios, cuestiones que desde antes de la pandemia ya venían afectando a los egresados de estudios superiores. Desde hace años eiste una saturación de profesionales provocada por las mismas políticas de aumento de matrículas sin regulación y planificación, las que incluyeron además muchos casos de estafa al permitir abrir carreras sin perspectiva de empleo ni campo laboral.

“El gobierno durante todo este período de pandemia no ha tenido ningún gesto humanitario para la gente con deudas de educación. No se han suspendido las cuotas de los bancos, al contrario, se ha seguido cobrando e incluso se ha seguido ejecutando gente judicialmente”, nos comenta.

En este contexto, desde Deuda Educativa están impulsando la campaña “La deuda me cagó la vida”, para recoger testimonios de personas que son víctimas del mercado educacional. “Esto se enmarca en una lucha más global que se ha dado desde 2013 -nos dice Juan Pablo – y que es buscar la condonación y la abolición de deudas de educación.”

La invitación es que toda persona que se sienta afectada por su deuda universitaria, sea CAE u otro tipo de crédito, puedan escribir al correo contacto@deudaeducativa.cl y contar su historia. Se espera publicar estas historias para ponerle un rostro al endeudamiento y el problema que genera.

Este libro de testimonios y casos recopilados será entregado a La Moneda para exigir a Piñera a cumplir con lo que se comprometió al iniciar su actual período de gobierno, que era terminar con el CAE, sacar a los bancos de la educación y crear un crédito de transición hacia una política pública de gratuidad.

Otra promesa incumplida

“Cuando Piñera llega a La Moneda y se encontraba Varela como Ministro de Educación, el compromiso de ambos fue que en su gobierno se iba a terminar con el Crédito con Aval del Estado”, nos comenta Juan Pablo. “En su momento fuimos invitados a participar en la discusión de cómo iba a ser la nueva política de transición del crédito universitario. Se comenzó a elaborar un proyecto que terminara con el CAE, que sacara a los bancos del modelo educativo, y estos tipos iban a crear una nueva política de endeudamiento distinta, sin los bancos, a cargo de una sociedad anónima estatal, y había que ver cómo se iba a financiar. Eso nunca se concretó”.

Aunque la educación gratuita ha sido una de las demandas más sentidas de la población desde las protestas nacionales del 2011 y, junto con el fin de las AFP, ha estado presente también en las demandas de la revuelta popular iniciada en octubre de 2019, el gobierno nunca más habló del fin del CAE.

Sin embargo, siendo un anuncio oficial del gobierno, corresponde exigir su cumplimiento y, de no hacerlo, puede ser usado como un nuevo motivo para una acusación constitucional en contra de Piñera.

La lucha que se viene

Pero más allá de la demanda actual por que se cumpla la promesa presidencial de Piñera, los deudores proyectan las perspectivas de su lucha: “Este tema hoy está tapado por la pandemia y otras cosas, pero en algún momento es algo que va a explotar. Hay mucha rabia, hay mucha pena, hay mucha frustración. Son cientos de miles de chilenos y chilenas que hoy en día están pasándolo mal por pagar sus cuotas al banco, cuando necesitan esa plata para llevar comida a su casa”.

La lucha por la condonación y eliminación de la deuda educativa será prolongada. Frente al próximo recambio presidencial, desde ya están buscando a todos los candidatos presidenciales para exigirles que dentro de sus programas de gobierno incorporen la condonación de las deudas de educación, y no de cualquier manera, sino de la forma en que los deudores lo necesitan: “debe ser universal, pareja para todos, y debe incorporar a todos los deudores: CAE, Corfo y Fondo Solidario”.

El capital financiero y sus representantes en el gobierno

“Tenemos muy claro que detrás de esto hay una tremenda industria que mercantilizó derechos. Si bien están los bancos detrás, y la Asociación de Bancos ha sido una de las principales organizaciones que ha lucrado con derechos sociales y que nos ha hecho la vida a cuadritos”, nos dice Juan Pablo para referirse a los profundos intereses en el negocio de la educación. 

“También existe un conglomerado transversal de políticos que han estado constantemente insertos en el mercado de la educación. Aquí se concomita el Estado de Chile, a través de quienes lo han administrado durante estos últimos 30 años, más los grandes empresarios que son representados por los bancos y los grandes conjuntos de universidades privadas que ampliaron su matrícula tremendamente gracias al Crédito con Aval del Estado. Nosotros hemos podido ir viendo cómo los políticos que han ido creando estas políticas de endeudamiento, luego se van a trabajar a los mismos bancos que beneficiaron con estas leyes. Tenemos el caso de Sergio Molina, ex Ministro de Educación, que durante el gobierno de Frei creó el Crédito Corfo, un crédito tremendamente dañino, y que una vez que la Corfo comienza a emitir estos créditos se va a trabajar como vicepresidente del Banco del Desarrollo, que es el banco que más plata ganó con el crédito que Sergio Molina ha creado. Tenemos a Sergio Bitar, Nicolás Eyzaguirre, Ricardo Lagos, qué decir.”

“Eso es lo que ha nosotros nos ha demostrado que no existe ninguna voluntad de condonar y terminar con las deudas, porque quizá se están pagando favores políticos, se está beneficiando a quienes después van a entregar plata para las campañas políticas.”

En una lucha prolongada contra estos enemigos verdaderamente poderosos e implacables, las formas de lucha necesariamente serán variadas. Juan Pablo recuerda que si bien es difícil movilizar a la calle a los deudores un vez que han salido de la universidad, desde Deuda Universitaria se han realizado valientes intervenciones públicas para encarar a los principales impulsores del macabro sistema vigente como Nicolás Eyzaguirre, Sergio Bitar, Ricardo Lagos, y a quienes en forma oportunista, como el senador Chahuán, pretenden sacar rédito de esta demanda. 

“Nos paramos de igual a igual con la clase política, porque nosotros no sentimos ningún respeto hacia esa clase de políticos que a nosotros nos victimizó, nos endeudó, nos cagó la vida, como es el nombre de la campaña que estamos hoy día levantando.”

Juan Pablo Rojas encara a los creadores del CAE, Sergio Vitar y Nicolás Eyzaguirre, en 2018.

“Lo que estamos haciendo es tratar de arrebatarle al mercado un derecho social”

La demanda por el derecho a la educación gratuita, de calidad y contra el lucro y la mercantilización se hizo parte de las luchas de todo el pueblo desde las movilizaciones secundarias de 2006 y luego en 2011. La lucha de los deudores de créditos para la educación superior es parte de esta misma lucha y, en perspectiva, se fundirá con el resto de las protestas estudiantiles en Chile y en otros países del mundo, pues son parte de una misma resistencia a los planes imperialistas de privatización y mercantilización como el Plan Bolonia y otros.

“La deuda educacional nunca debió haber existido, partamos por eso -nos recuerda Juan Pablo-. Constantemente los gobiernos que han llegado después de la dictadura, lejos de entregar derechos han ido privatizando la educación y han ido agrandando el mercado. Lo que nosotros estamos haciendo es tratar de arrebatarle al mercado un derecho social y que la educación tenga el rol fundamental de derecho como siempre debió haber sido.”

Durante nueve años de batallas, desde Deuda Educativa han podido levantar el problema y dimensionarlo; su actual campaña busca volver a instalarlo en la agenda pública. Comprenden su lucha no sólo como lucha judicial y financiera, sino como una lucha política: “no olvidar que los créditos universitarios existen porque son parte de las políticas públicas del gobierno de turno que crea estos créditos; son leyes que fueron aprobadas en el Congreso Nacional”, nos dice.

La perspectiva de esta lucha, para ser exitosa, apunta a la necesidad de fundirse con el conjunto de reivindicaciones por la conquista al derecho a la educación gratuita en todos los niveles, comprendiendo que su situación es también resultado de las políticas imperialistas de la educación y elevando las formas de organización y de lucha con la experiencia de la rebelión popular iniciada el 18 de octubre.

La unidad de los dos millones de deudores es una fuerza importante para alcanzar conquistas, pero sólo será la unidad de todo el pueblo la hará crujir toda esta vieja y podrida sociedad desde sus cimientos.

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