Las prácticas fraudulentas de La Polar consistentes en las repactaciones unilaterales de deudas de 418.000 clientes, tenían por objeto aparentar mejores cifras contables para de este modo tener un mayor valor accionario en la bolsa de comercio. Estas prácticas coinciden con que La Polar se encontraba en un proceso de expansión tanto a nivel nacional como sudamericano. Dentro del país, se abría a la bolsa de comercio de Santiago en 2003 y en Colombia, había realizado importantes inversiones para abrir una serie de locales a partir de 2010.
Antes de que se conocieran públicamente estas prácticas, es decir, hasta el 8 de junio, las acciones de la Polar valían 2.333 pesos cada una. Un día después, bajaron a 1352 pesos y luego, pasando por pequeñas subidas y bruscas caídas alcanzó su precio más bajo el viernes 22 de julio: 426 pesos.
Los dueños de La Polar: la gran burguesía
En el reporte anual de 2010 de La Polar se señalan cuáles son sus principales accionistas:
Banco de Chile por cuenta de terceros, con un 8,3%; Banchile Corredores de Bolsa, con 7,6%; Banco Santander por cuenta de inversionistas extranjeros (7,54%), corredora LarrainVial (5,9%); Banco Itaú por cuenta de inversionistas (4,83%); Banchile Administradora General de Fondos (3,67%) y la corredora Celfin (2,73%).
A ellos se suman las AFP, que en conjunto tienen el 24% de la propiedad de la compañía, y Fondos Mutuos con un 9%.
Además, hay más de 500 dueños de papeles de la compañía, los llamados accionistas minoritarios.
En este listado aparecen los dos bancos más grandes del país, el Santander y el Chile, representante el primero del imperialismo español y el segundo de la gran burguesía de este país. Entre ambos, alcanzan el 26,5% de la multitienda, y sólo el Banco de Chile, con sus distintas ramas, es dueño del 19,5% de la compañía. No podemos dejar de recordar que el Banco de Chile es de la familia Luksic, asociado en su control en partes iguales con el consorcio estadounidense Citigroup.
Las AFPs en su conjunto son dueñas de un 24% de la compañía. Con el conocimiento público de esta gran estafa las cotizaciones de los trabajadores que habían sido “invertidos” en esta empresa disminuyeron fuertemente.
Dentro del directorio de La Polar habían miembros que a su vez también ocupaban cargos directivos en empresas “estatales”: Heriberto Urzúa, que participaba en la Empresa Portuaria San Vicente Talcahuano; Francisco Gana, en Trenes Metropolitanos y Enap; Martín Costabal, que se desempeñaba en la Empresa Concesionaria de Servicios Sanitarios (Econssa) y Luis Hernán Paul, trasladado desde el Sistema de Empresas Públicas (SEP) y Enami; y María Gracia Cariola, ex directora de La Polar, que pertenecía a la Sanitaria Essal.
Las clases dominantes de nuestro país y en especial, la gran burguesía, han seguido muy atentas toda esta situación. Miran con preocupación y temor la gran desconfianza que el pueblo está teniendo sobre la banca y demás instituciones financieras a raíz de este caso. La gran burguesía se ha visto fuertemente desprestigiada y eso se aprecia en las declaraciones de algunos de sus voceros. Así, el presidente de la confederación de la producción y del comercio (CPC), Lorenzo Constans señaló que la situación que se generó en esta empresa son hechos que a su juicio “afectan la fe pública”. En esta misma línea Peter Hill, el líder de la cámara de comercio de Santiago sostuvo “en nuestro gremio, no se escuchará una voz que defienda conducta reñidas por la ley, la ética y la fe pública”. Esto demuestra su temor a continuar perdiendo credibilidad como clase, a que el pueblo sienta cada vez más rabia de ver cómo le roban día a día. Por eso, este gremio de ladrones sale a defender su negocio por medio de declaraciones que rechazan este tipo de acontecimientos, que no son más que la rutina en todas las empresas del retail.
Además, en la gran burguesía existe una gran preocupación ante la posibilidad de que los clientes dejen de pagar sus cuotas, ya sea al banco, a la tarjeta Presto, a la CMR, etc, y hacen un llamado a ¡no hacerlo!, lo que se desprende de las palabras de Álvaro Saieh: “hay que tener cuidado en no generar una peligrosa idea de que no pagar es una conducta legítima. La cultura del pago oportuno de las obligaciones es parte de lo que hace a un país serio y próspero. Y por eso, es muy dañino que se hayan realizado esa repactaciones sin la voluntad de los deudores. Pero no hay que olvidar que una vez establecidas las condiciones justas, esas personas deben pagar sus deudas. “
Actualmente Álvaro Saieh, dueño de los diarios La Tercera y La Segunda y de supermercados Unimarc, entre otros, es a la vez dueño del 10% de La Polar y es el accionista individual con mayor porcentaje dentro de la multitiendas. Realizó la compra poco tiempo después de conocido el fraude de las repactaciones unilaterales, en un momento en que las acciones estaban bastante bajas, pero no tanto como ahora.
Rol del gerenciamiento Piñera-FMI
¿Qué ha hecho el gobierno ante este escándalo? ¿Cómo ha respondido el aparato del Estado Burgués Terrateniente? El gerenciamiento Piñera-FMI ha intentado mitigar la crisis desatada en el sector del retail con grandilocuentes pero vanos discursos como los del propio Piñera, que señaló que esto era un robo a los chilenos y que los responsables tenían que responder.
Por su parte, el director del Sernac, Juan Antonio Peribonio, ha aparecido en los medios de comunicación como la cabeza de los denunciantes de La Polar y busca posicionarse como defensor de los consumidores, intentando canalizar el descontento de la masa hacia la podrida institucionalidad burguesa.
En la misma línea, y en su primera aparición pública como nuevo Ministro de Economía, Pablo Longueira sostuvo que a Presto se le cursarían sanciones si no sacaba a deudores repactados del Dicom, o sea, está siguiendo la línea que el gerenciamiento Piñera-FMI se ha trazado en esta materia: la defensa de los consumidores, que también debe entenderse como ¡Vivan los consumidores!
Pura palabrería barata, sin sustento. No podemos esperar que los representantes de la gran burguesía y de la clase terrateniente defiendan nuestros intereses. Si de algún sospechoso modo lo hacen es porque están en crisis, el capitalismo burocrático está en crisis, y el caso La Polar, ha logrado evidenciar aún más esta situación.
Rol de las Aseguradoras de Riesgo
Feller Rate y Fitch Ratings Chile son empresas clasificadoras de riesgo que La Polar contrató para analizar su solvencia a 2010. Feller Rate es una empresa chilena, liderada por académicos de la U. Católica, asociada a la estadounidense Standard & Poor´s desde 1996. La clasificación otorgada por esta clasificadora fue A- , según la Memoria 2010 de La Polar, pero esta nomenclatura no es utilizada por la clasificadora según lo que aparece en su página institucional, debemos suponer que se encontraba clasificada entre A y BBB, que significa que tiene bonos de deuda con una suficiente capacidad de pago del capital e intereses en los términos y plazos pactados, pero ésta es susceptible de debilitarse ante posibles cambios en el emisor, en la industria a que pertenece o en la economía. Es decir, le otorga un nivel bastante bueno dentro de toda la gama de riesgo, sin alertar en nada sobre operaciones financieras que pusieran en riesgo la capacidad de pago de la deuda. Por su parte, Fitch Ratings, es una empresa con oficinas matrices en EEUU. e Inglaterra y con sucursales en las principales ciudades del mundo. Su clasificación de riesgo a la Polar fue con una A, prácticamente con el mismo nivel de riesgo que la otra compañía. Ninguna de estas expertas empresas en análisis de riesgo financiero señaló que existían graves riesgos en las finanzas de su cliente, lo que no puede si no señalarnos la complicidad de las clasificadoras en este escándalo y nos demuestra que este tipo de sociedades para lo que sirven es para hacer crecer las burbujas financieras como lo fue con la así llamada crisis subprime, la que dio el pié inicial a la actual crisis mundial del capitalismo.