Miércoles 11 de enero 2012. Al menos cinco personas murieron en Nigeria, cuatro de ellos por disparos en enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, durante la primera jornada de huelga general «indefinida» decretada por los sindicatos para protestar por el fin del subsidio del petróleo.
Los dos principales sindicatos nigerianos y convocantes de la huelga, el Congreso de Sindicatos (TUC) y el Congreso del Trabajo de Nigeria (NLC), aseguraron que el paro está siendo un éxito, pues el país, según ellos, está prácticamente paralizado. No ha habido vuelos. Lagos, la ciudad más poblada, está completamente parada.
Los sindicatos convocaron la huelga después de que el gerenciamiento de Goodluck Jonathan anunciara el Día de Año Nuevo la retirada de un subsidio al combustible. Como consecuencia de la medida, el precio de la gasolina se ha disparado de 0,40 dólares a 1,30 dólares el litro y ha aumentado el coste de la gran mayoría de productos y servicios, en especial del transporte.
El NLC sostiene que se está celebrando «manifestaciones simultáneas en todas las capitales y que continuarán hasta que el gobierno federal dé marcha atrás. El incremento del precio del combustible es una medida muy impopular en Nigeria, donde los ciudadanos creen que es su derecho disfrutar de un coste bajo de la gasolina por ser una nación muy rica en petróleo.
El gobierno afirmó que respeta el derecho de los nigerianos a manifestar su descontento, pero insistió en la necesidad de retirar el subsidio de la gasolina porque forma parte de un paquete de medidas de ajuste económico con el que el Ejecutivo ahorrará cerca de 5.000 millones de euros.
Para impedir posibles disturbios, la policía ha desplegado más de 23.000 agentes en el estado de Lagos, cuya capital es la ciudad del mismo nombre, toda vez que se han decretado despliegues similares en el resto del país.
El gobierno provincial de Kano (norte de Nigeria) ha declarado el toque de queda tras los disturbios registrados en la jornada de huelga por el alza del crudo. Los disturbios se produjeron cuando los manifestantes trataron de asaltar la sede del Gobierno en Kano, principal ciudad del norte de Nigeria. Según televisión privada nigeriana Channel TV, la violencia de los piquetes llevó a la Policía a disparar balas de goma y utilizar gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
Un niño de 15 años murió como resultados de supuestos disparos hechos por las fuerzas de seguridad durante el enfrentamiento, y otro menor de 8 años falleció aplastado por los manifestantes en Kano, según la misma Channel TV.