En un reciente informe publicado por contraloría, se revela que el fin de las listas de espera AUGE, anunciado con bombos y platillos por el gerenciamiento de Piñera y su “ejecutivo” Mañalich en noviembre del año pasado, no era más que un miserable tongo.
El informe detalla que casi la mitad de los pacientes que debieron ser atendidos clínicamente (44,5%) no lo fueron y que, no obstante, fueron considerados como resueltos. Se suma a ello la escandalosa y costosa campaña publicitaria para dar a conocer el fin de las listas, la cuál tuvo un costo de un millón de dólares.
Por su parte, los partidos burgueses se atrincheran y se atacan durante la recta final de la campaña municipal. Embarrados de demagogia utilizan las necesidades más sentidas de las masas, de entre ellas su constantemente negado derecho a la salud, para alentar su maloliente campaña.
Poco les importa que más de 15.000 chilenos pobres no atendidos por el AUGE -y que por “arte de magia” ya no están en las listas de espera- empeoren cada día en su condición de salud. Lo que si les importa es ubicar a sus agentes en los sillones municipales, para lo cuál no escatiman en tildarse de corruptos unos a otros.
El Pueblo.