Séptimo arte alrededor de la educación popular:

Rompiendo con las Viejas Ideas

Una gran intensidad dramática y numerosas líneas cómicas son las que hacen bastante llevadero el recorrido a cualquier espectador de Rompiendo con las Viejas Ideas, una película de la República Popular China -que hasta 1976 fue un país socialista- y cuyo rodaje se desarrolló durante la Gran Revolución Cultural Proletaria de dicha nación (1966-1976), la cual estuvo a cargo del ex presidente Mao Tse Tung. Estrenada en el año 1975, bajo la dirección de Wenhua Li, es considerada una de las pocas obras cinematográficas que ampliaron la visualización de la importancia de transformar la vieja enseñanza en una educación proletaria, científica y al servicio del pueblo. En el transcurso de la historia se destaca, como tema central, la reforma de la educación y en lo esencial y perentorio de ésta para acabar con los problemas de la clase obrera de la ciudad y del campo, donde este último, es el que se presenta con más dificultades, los que son muy diversos, tanto para ese contexto como para la época actual.

Para profundizar en la pugna planteada en las escenas, se comprende cómo la intelectualidad adquirida provoca la ansiedad de poseer más y, posteriormente, la competitividad y el individualismo. Y eso era justamente lo que había que detener, pues las viejas ideas burguesas persisten y no se acaban de un soplón. Por ello, el proletariado debía y debe impedir que los ayer explotados se conviertan en una nueva élite.

Resistir en la búsqueda de métodos de enseñanza popular para construir ladrillo a ladrillo la nueva sociedad era la misión de los líderes, que pese a las incesantes barreras que imponía la burguesía, se levantaba esa lucha aplicada uniendo la teoría con la práctica. Haciendo hincapié al título de este filme, se desprende así que se debe romper con las viejas ideas, con aquellas que nos acomodan naturalizar pero que requieren de forzosa modificación.

¿A veces no les sucede que cuando realizamos una acción no resulta como esperaban? Evidentemente, ahí existe un error o un sesgo. Siempre de un todo cualquiera se puede extraer lo bueno. Ninguna fruta es desabrida si le echamos azúcar, es cuestión de que seamos más fuertes y estratégicos en el propósito en común que nos dará la victoria, así sea necesario derribar muros y esquivar balas.

Y esa es la clara lección que nos deja esta creación, en muestra de que la constancia en la convicción y organización serán las únicas pócimas que nos cederán las capacidades de seguir adelante en nuestra liberación.

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