Ejemplo de lucha para la mujer popular
Zomo newen, fuerza de mujer mapuche
Mapuche, edición n° 89 (marzo, 2020) de Periódico El Pueblo.
Dos comunidades, una en el campo, otra en la ciudad. Dos pu werken con hábito de lucha y un espíritu inquebrantable. Sin importar el lugar, la mujer popular mapuche se alza ferviente, digna y dispuesta a pelear por su pueblo, sin escatimar en las consecuencias, puesto que ante la infame usurpación no hay otro camino que el de la lucha por la recuperación territorial.
En la Comunidad Autónoma Likankura, ubicada en la ribera sur y hace un tiempo también al norte del río Renaico, ahí es donde nos encontramos con la lamngen Nora Ñancul, una de las werken de la comunidad, principalmente compuesta por mujeres. Su historia parte con todas las contradicciones que tiene una mujer mapuche, del campo, pobre y madre soltera, contradicciones presentes en el seno del pueblo y que están lejos de ser resueltas por el capitalismo.
A pesar de ser educada con ideas atrasadas, tales como el conformarse con las migajas que nos da el viejo Estado, su fibra revolucionaria y mapuche pudo más, prevaleciendo las ideas más justas dentro de ella. Tanto es así, que fue ella misma la que asumió la tarea de asentarse en los terrenos que hoy legalmente le pertenecen a la usurpadora Forestal Mininco de la familia Matte, mostrando una valentía y arrojo digno de replicar en cualquier instancia o territorio.
En la Comunidad Juan Kurrín, ubicada desde los tiempos de sus ancestros en Temuco nos encontramos con la lamngen Ana Catrileo, werken de la comunidad y pobladora mapuche de nítidas ideas de lucha. Este lof actualmente se encuentra reducido, despojado y despladazo de sus tierras por parte del viejo Estado, viéndose obligados a impulsar la lucha y recuperar los terrenos que legítimamente les pertenecen.
Combatiente de corazón, la lamngen valida la violencia revolucionaria como la manera más justa de manifestarse y el camino para conseguir la victoria, pero sin apuntar jamás en contra de su misma clase. A pesar de que el Estado ocupó gran parte de los cerros de la comunidad, instalando campamentos, entiende que la lucha mapuche por la tierra y la lucha del pueblo chileno por la vivienda tienen un norte en común: un lugar donde vivir dignamente, aprovechando la ocasión de enviar un mensaje a la gente que está recuperando tierras de no creer en el gobierno y sus mentiras, ya que son las lecciones que su comunidad pudo sacar después de años de lucha y mentiras por parte del viejo Estado.
El llamado es a replicar la actitud proletaria que encarnan las lamngen Nora y Ana, levantándose una y otra vez hasta la victoria, derrochando ejemplos de cómo enfrentar las situaciones adversas con optimismo revolucionario y manteniendo una alta moral cada vez que las fuerzas flaquean.