Carteles en una parada de transporte, en la zona de Ñuble.

Nuestros colaboradores nos envían fotografías de rayados y carteles aparecidos en los últimos días en diferentes zonas rurales de la Región del Ñuble, con consignas como «Temporeros a luchar!» y «Tierra para quien la trabaja». Esta agitación ocurre en medio de la temporada alta de cosecha en los campos de la región, donde se registran distintas movilizaciones.

Durante esta temporada, se registra una disminución del sueldo de los temporeros en un 12,5% aproximadamente en promedio respecto de la temporada anterior. Esto es empeorado por la inflación acumulada a noviembre del 2022, que equivale a un aumento de otro 12,5% en los precios. Es decir, el salario real de los temporeros se ha reducido casi un 25%, pues el costo de la vida subió a la vez que los salarios se redujeron.

A esto se suma una situación crítica para los pequeños campesinos productores de frutales, quienes vieron perdidas sus cosechas producto de las malas condiciones climáticas. Mientras tanto, los grandes latifundios pueden mantenerse en pie gracias a todos los beneficios que reciben del Estado y porque tienen la tecnología y el respaldo financiero para sobreponerse a estas adversidades.

Así una vez más, los grandes latifundios con sus superganancias a costa de la explotación concentran más y más riqueza, mientras que los campesinos y los temporeros se ven agobiados por la crisis.

Por ello, la situación en esta región y en toda la zona central del país es explosiva, como se vio en noviembre con el paro de las cerezas en Melipilla y otras comunas.

Las pintas y carteles aparecidos en el Ñuble son un reflejo de que los pobres del campo vienen desarrollando su organización, preparándose para la lucha por sus derechos, contra el latifundio y por la revolución agraria.

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